Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.



EUFEMISMOS

Germán Irving Vierma Luna


Esta semana pasada eufemística puede ser que no se repita, pues comunicacionalmente estuvo repleta de términos que, en el mejor de los casos, causarían risa, de no ser por lo serio de sus consecuencias para lo que se llama la “información veraz”
A un vulgar y silvestre golpe de estado en Honduras se le denominó “sustitución constitucional” frase aun más hipócrita de aquella que los golpistas del 2002 en Venezuela llamaron “vacío de poder” y luego fue completado porque los militares que “estaban preñados de buenas intenciones” según el Tribunal Superior que emitió la espuria sentencia.
El diccionario de la lengua madre define eufemismo como “manifestación suave y decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante” Francisco de Quevedo se burlaba de los escritores que hablaban de “las calendas purpúreas” para no mencionar la regla de las mujeres. Es así como palabras prohibidas como “cerveza” en ciertos medios de radio sean denominadas como “la fría” o “cerbatana”
El que un Presidente como Manuel Zelaya haya sido secuestrado de su residencia por un comando militar luego de haber tiroteado la puerta de su habitación, llevado a un avión a punta de fusil y dejado en ropas de dormir en la pista de un aeropuerto de un país extranjero fue recogido por la prensa como “un rescate para evitar males mayores” y “una decisión particular de los pilotos para salvaguardar su vida” Quevedo, de estar vivo, hubiese tenido material suficiente para escribir un libro mejor que su famoso “La culta latiniparla” que lo hizo famoso.
Cuando la periodista de Radio Globo de Tegucigalpa pregunta sobre el golpe de estado evidente, innegable, fehaciente, cierto y presenciado por millones de personas, el también espurio canciller la remite a la famosa frase de Luis XIV de “El Estado Soy yo” y por más que le damos la vuelta a nuestros conocimientos de historia no le encontramos conexión de ese suceso de la revolución francesa con este vulgar golpe, a menos que nos dejemos deslumbrar porque el ique canciller dijo, en mal pronunciado francés, “L`État, c`est moi”
El eufemismo mayor ocurrió cuando el presidente fraudulento declaró algo así como “pero no podemos negar que después del toque de queda hay más seguridad” ¡vaya cinismo! Solo le faltó asegurar que nunca la libertad de expresión en Honduras haya estado mejor resguardada … por los fusiles.
Y fuera del eufemismo pero entrando en el teatro de lo absurdo nos encontramos que uno de los acólitos del dictadorzuelo Micheletti lee una supuesta renuncia del Presidente Zelaya, magníficamente bien redactada, pero que llegó a sus manos cinco días después de hecha, porque al maquiavélico Presidente se le ocurrió la idea de mandarla por correo ordinario; solo le faltó, para deslumbrarnos e idiotizarnos adornarlo con “Le courrier, c` est moi” ¡que procacidad, que insolencia!

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