Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.
SOCIALISMO ESTADOUNIDENSE PARA LOS RICOS
Los Estados Unidos tienen una enorme red corporativa de seguridad, permitiendo que los bancos jueguen con impunidad, pero ofrecen poco a los luchadores individuales.
Joseph Stiglitz
guardian.co.uk, Friday 12 June 2009 20.00 BST
Con toda la charla de los “brotes verdes” de la recuperación económica, los bancos estadounidenses están rechazando las gestiones por regularlos. Mientras los políticos hablan de su compromiso con la reforma reguladora para prevenir una recurrencia de la crisis, ésta es un área donde el diablo está realmente en los detalles - y los bancos mostrarán qué músculo han conservado para asegurar que tienen suficiente oportunidad para continuar como lo hicieron en el pasado.
El viejo sistema trabajó bien para los banqueros (aun cuando no para sus accionistas), así que ¿por qué deben ellos aceptar el cambio? De hecho, los esfuerzos para rescatarlos dedicaron muy pequeña atención al tipo de sistema financiero post-crisis que deseamos termine con un sistema bancario que es poco competitivo, con extensos bancos que eran demasiado grandes y también caer en bancarrotas incluso de mayor magnitud. Por mucho tiempo se ha reconocido que esos bancos estadounidenses que son demasiado grandes para quebrar son también demasiado grandes para ser manejados. Esa es una razón para que el funcionamiento de varios de ellos haya sido tan funesto. Porque el gobierno proporciona seguro de depósitos, desempeña un gran papel en la reestructuración (a diferencia de otros sectores). Normalmente, cuando un banco quiebra, el gobierno dirige una reestructuración financiera; si tiene que aportar dinero, éste, por supuesto, gana un interés en el futuro. Los funcionarios saben que si esperan demasiado, los bancos zombi o casi zombi ― con poco o nada de valor neto, pero tratados como si fueran instituciones viables ― son aptas para “jugar a la resurrección”. Si hacen grandes apuestas y ganan, se van con los réditos; si fallan, el gobierno se hace cargo de las cuentas.
Esto no es sólo teoría; es una lección que aprendimos, a un gran costo, durante la crisis de los Ahorros y Préstamos de los años 80. Cuando la máquina ATM (*) dice "fondos insuficientes", el gobierno no quiere que esto significara que el banco, más bien que su cuenta, no tenga dinero, así que interviene antes de que ésta se vacíe. En una reestructuración financiera, los accionistas son típicamente borrados, y los tenedores de bonos se convierten en los nuevos accionistas. El gobierno debe proporcionar a veces fondos adicionales; en ocasiones busca a un nuevo inversionista para asumir el control el banco quebrado.
La administración Obama, sin embargo, ha introducido un nuevo concepto: demasiado grande para ser reestructurado financieramente. La administración arguye que todo el infierno podría desprenderse si intentamos jugar por las reglas vigentes con estos grandes bancos. Los mercados se aterrarían. Así, no sólo no podemos tocar a los tenedores de bonos, tampoco podemos, eventualmente, tocar a los accionistas - aunque la mayor parte del valor existente de las acciones refleja meramente una apuesta en un apoyo financiero gubernamental.
Pienso que este juicio es incorrecto. Creo que la administración Obama ha sucumbido a la presión política y al esparcimiento del temor por parte de los grandes bancos. Como resultado, la administración ha confundido afianzar a los banqueros y a sus accionistas con afianzar a los bancos.
La reestructuración da a los bancos una oportunidad para un nuevo comienzo: los nuevos inversionistas potenciales (sea en instrumentos de equidad [**] o deuda) tendrán más confianza, otros bancos estarán más dispuestos a prestar a ellos y ellos estarán más dispuestos a prestar a otros. Los tenedores de bonos obtendrán beneficios de una reestructuración ordenada, y si el valor de los activos es en verdad mayor de lo que el mercado (y los analistas externos) creen, ellos eventualmente cosecharán las ganancias. Pero lo que está claro es que los costes actuales y futuros de la estrategia de Obama son muy altos - y hasta ahora, no ha alcanzado su objetivo limitado del recomienzo de los préstamos.
El contribuyente ha tenido que pagar millones, y ha proporcionado millones más en los certificados de garantías - que probablemente se conviertan en deuda a futuro. Reescribir las reglas de la economía de mercado -de una manera que ha beneficiado a quienes han causado tanto dolor a la economía global entera- es tan malo como financieramente costoso. La mayoría de los estadounidenses lo percibe como crasa injusticia, especialmente después que vieron a los bancos desviar los millones previstos para permitirles restablecer préstamos hacia pagos de onerosos bonos y dividendos.
Desbaratar el contrato social es algo que no debe hacerse a la ligera.
Pero esta nueva forma de capitalismo sucedáneo, en la cual las pérdidas están socializadas y los beneficios privatizados, está condenada al fracaso. Los incentivos están distorsionados. No hay disciplina del mercado. Los bancos demasiado-grandes-para-ser-reestructurados saben que pueden jugar con impunidad - y, con la Reserva Federal generando fondos disponibles a ratas de interés cercanas a cero, hay reservas suficientes para hacerlo.
Algunos han llamado a este nuevo régimen económico “socialismo con características estadounidenses”. Pero el socialismo está referido a individuos comunes. Por el contrario, los Estados Unidos han proporcionado poco auxilio a millones de estadounidenses que están perdiendo sus hogares. Trabajadores que pierden sus puestos reciben solamente treinta y nueve semanas de subsidios de desempleo limitados, y son luego abandonados a su propia suerte. Y cuando pierden sus trabajos, la mayoría pierde también su seguro médico.
Estados Unidos ha extendido su red corporativa de seguridad de maneras sin precedentes, desde los bancos comerciales hasta los bancos de inversión, entonces al seguro y ahora a los coches, sin un fin visible. En verdad, esto no es socialismo, sino una extensión del estatismo benefactor corporativo de muchos años. Los ricos y poderosos recurren al gobierno para que los ayude cada vez que pueden, mientras que los individuos necesitados logran poca protección social.
Necesitamos fraccionar los bancos demasiado-grandes-para-quebrar; no hay evidencia que estas bestias bíblicas entreguen los beneficios societarios que son proporcionales con los costes que ellos han impuesto a otros. Y si no los fraccionamos, entonces tenemos que limitar severamente lo que hacen. No puede permitírseles hacer lo que hicieron en el pasado – jugar a expensas de otros.
Traducción de Ángel C. Colmenares E. Junio de 2009 PÁGINA 2 DE 3
SOCIALISMO ESTADOUNIDENSE PARA LOS RICOS
Esto presenta otro problema con los bancos estadounidenses demasiado-grandes-para quebrar, demasiado-grandes-para ser-reestructurados: son políticamente poderosísimos. Sus esfuerzos de cabildeo resultaron positivos, primero para desordenar y luego para hacer que los contribuyentes paguen los platos rotos.
Su esperanza es que esto funcionará de nuevo para mantenerlos libres de hacer lo que les plazca, sin importar los riesgos para los contribuyentes y la economía. No nos conviene dejar que eso suceda.
-----------------
(*) ATM o “Automated Teller Machine” es lo que conocemos como cajero automático.
(**) “Equity” tiene acepción de “diferencia entre el valor de una propiedad y el monto de dinero por el cual está hipotecada”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario