Nadie o casi nadie podía hace un mes aventurar que la muerte de Mohamed Bouazizi, joven informático reducido a vendedor ambulante, podría levantar al pueblo tunecino, un pueblo del que nadie esperaba nada y acostumbrado a un despotismo endémico, tal y como se aprecia en la reflexión que hace el autor a través de un pequeño repaso a la historia reciente de Túnez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario