Hay una cierta Schadenfreude [regocijarse en el infortunio de otros] entre los políticos estadunidenses en torno a las dificultades de Europa. Lo que quizá pueda salvar a Europa de cualquier implosión es precisamente la siempre creciente amenaza de la implosión de Estados Unidos. Europa y Estados Unidos están en un subibaja, cuando uno está arriba el otro está abajo. No queda claro cómo va a jugar esto en los próximos dos a cinco años.
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