Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.



LAS RELACIONES DE TRABAJO EN LAS NUEVAS EMPRESAS DE PROPIEDAD COMUNAL (EPC)

Lic. María Emma Belandria
gemabelcha@yahoo.es

I.- Acercamiento a la necesaria superación de la división del trabajo capitalista.

La característica fundamental del trabajo en el capitalismo es su consideración como mercancía. El valor del trabajo se calcula como un precio a pagar a quien destina su energía (humana) para la producción de bienes y servicios que irán al mercado, donde se realiza la ganancia (PLUSVALÍA) de la cual se apropia el propietario privado del medio productivo, es decir, el capitalista.

De lo anterior, se han escrito innumerables tratados y fórmulas para calcular y definir la naturaleza y la composición burocrática de la gestión del trabajo humano. Sólo como referencia, traigamos a la memoria la Organización Científica del Trabajo, propuesta, desarrollada e implementada por Taylor y Fayol a comienzos del siglo XX en los Estados Unidos, y que se convirtió en el MANUAL que todos los administradores del trabajo han seguido como libro de cabecera. De allí provienen: las escalas de sueldos y salarios; los tabuladores; los métodos y procedimientos de evaluación del rendimiento; la evaluación de tiempos, puestos y tareas; las descripciones de cargos; los perfiles curriculares de todas las instituciones educativas; los procesos de reclutamiento, selección, empleo e inducción; la filosofía corporativa: Kayzen, Gerencia por Objetivos, Identidad Empresarial, Desarrollo de Competencias, Inteligencia Emocional, etc. y demás monsergas de la explotación del trabajo en el llamado mercado laboral capitalista.

Entonces, cuando toda la estructura productiva se ha construido sobre la base conceptual de que el trabajo es una mercancía, que su precio depende del mercado laboral y quien la vende (el trabajador) debe aceptar el precio establecido por el propietario de los medios de producción; que, además, la naturaleza del trabajo se describe en función de los requerimientos técnicos y en consecuencia cada trabajador se ocupa de una sola tarea y para ello es la denominación del cargo y es “un cargo un hombre” y en eso consiste la división extrema del trabajo; y por otro lado, la jerarquía de la organización es el ejercicio del poder del propietario del capital, organizado para mantener la reproducción de la división de las clases sociales al interior de la fábrica, del taller o de la industria.....entonces…..reproducir esta formación lineal, mecánica, ideológicamente sumisa al capital es una negación del postulado revolucionario socialista.

II.- La construcción de las nuevas relaciones productivas socialistas.

El Proyecto Nacional “Simón Bolívar” o Primer Plan de Desarrollo Socialista incluye, en sus enfoques, la necesidad de redefinir las relaciones sociales de producción desde la ética socialista, como primera directriz concebida para la transformación de la sociedad decadente que hoy sufrimos. No podría pensarse en hacerlo realidad si, para la nueva economía productiva, no se siembran los conceptos filosóficos que superen la cosificación del trabajo. Resulta evidente que las Empresas de Propiedad Social (EPS) las Empresas de Propiedad Comunal (EPC) y las Cooperativas se han de constituir bajo esta orientación del trabajo visto como esfuerzo colectivo.

Muchas personas han mostrado su entusiasmo por las EPC pensando en el empleo como beneficio concreto, porque las gentes estarían ocupadas y recibirían un salario por su actividad en la empresa. Pero ¡CUIDADO! La Comuna no puede convertirse en un patrón al estilo del patrón privado. El trabajo socialmente necesario para llevar adelante las tareas y lograr los objetivos productivos en las EPC es ESFUERZO COLECTIVO que requiere disciplina, control, eficiencia, transparencia, etc. pero en modo alguno pueden ser reproductoras de la concepción capitalista del trabajo.

Veamos en concreto ciertas situaciones:

1. ¿Cómo organizar la Empresa de Propiedad Comunal (EPC)?
• Según lo establecido hay una serie de pasos comunales que deben anteceder a la creación de la EPC: asamblea de Consejos Comunales para seleccionar los Voceros de la Comuna, registros legales de la Comuna, Asamblea de la Comuna para caracterizar los Proyectos Productivos según las propuestas de los Consejos Comunales, elección de los Comités de Trabajo para el diseño de los Proyectos Productivos, etc.
• Una vez diseñado, aprobado y consolidado el aporte del gobierno, le corresponde a la Comuna proceder a la ORGANIZACION DE LA EMPRESA DE PROPIEDAD COMUNAL. Es aquí donde se requiere la diferenciación material del trabajo.

2. ¿Cómo estructurar las nuevas relaciones de producción al interior de la EPC?

• En primer término, mediante la formación teórica y capacitación técnica de las personas aspirantes y seleccionadas por las asambleas de los Consejos Comunales como postulados a la EPC y que serán diferenciadas según el propósito productivo.
• La naturaleza del trabajo es principalmente SOCIAL. En consecuencia no debe usarse la terminología capitalista para identificar las características de la organización del trabajo. NO debería hablarse de Perfiles de Cargos, ni pensar que se trata de un empleo remunerado de acuerdo al contrato colectivo de la industria capitalista, y mucho menos, suponer que, como es trabajo social, los trabajadores de la EPC deban estar maltratados y sin protección de sus derechos consagrados en la Ley.
• A igual trabajo, igual salario. De cada quien según su capacidad, a cada quien según su necesidad...(agragamos)… y a CADA QUIEN SEGÚN SU RESPONSABILIDAD. Estas fórmulas clásicas del marxismo no son fáciles de establecer cuando la cultura general asume el trabajo como empleo y, la actividad que realiza, como una mercancía por la cual se le ha de pagar un determinado salario según el cargo ocupado.
• Por ello, luce necesario: a) que TODOS los Voceros se preparen técnicamente para gestionar el proyecto productivo, b) que se preparen en TODAS las tareas que se requieren, c) que se roten las tareas y asuman la dirección colectiva sin discriminaciones de cargos, sueldos o beneficios, d) que no se conviertan en élites comunales, de cuyas funcionen deriven “autoridades” sobre los vecinos o fuerzas de choque contra los poderes constituidos por el mismo Pueblo.

En realidad, eso de la dirección colectiva es uno de los retos más difíciles, porque estamos formados en la escuela de la jerarquía de clases. Las líneas de mando socialistas no pueden ser jerárquicas, sino horizontales, las decisiones deben tomarse en reuniones del colectivo, la asignación de las tareas a realizar no se hacen verticalmente, por cargos técnicos sino por procesos integrados, donde se rotan equipos que desempeñan esas labores, según un cuadro maestro de lo requerido para alcanzar los objetivos productivos.

Hay novedosas experiencias sobre este tema que deberíamos socializar, analizar y proponer alternativas.

III.- Las normas al interior de las EPC.

En la anarquía y el caos sólo prospera la infelicidad de la derrota. Nadie puede darse el lujo de desperdiciar los recursos que son de todos y menos aún, cuando en ello se compromete el destino de la revolución. De tal manera debemos asentar una serie de principios éticos, de disciplina y gestión compartida, que elimine el riesgo de la ineficiencia y la corrupción. El Colectivo debe avanzar hacia el establecimiento de los criterios de gestión, tomando en consideración la necesidad de generar el espíritu de cuerpo, la solidaridad y el empeño de lograr las metas sin sacrificar la esencia socialista del proyecto comunal.

Las Normas pueden ser de diferentes tipos:
1. Para la Asamblea de los integrantes del colectivo productivo socialista. Es decir, para reunirse, presentar propuestas, analizar opciones, significados y consecuencias de las mismas, distribuir tareas de trabajo y evaluar rendimientos individuales y colectivos, las metas alcanzadas y el impacto social de la EPC.
2. Normas referidas a la jornada de trabajo, puntualidad, asistencia, fomento de la ética y la armonía laboral, seguridad e higiene, salud ambiental, etc.
3. Normas referidas a la administración financiera, lo contable, inventarios, servicios técnicos, etc.
4. Normas referidas a las remuneraciones, seguridad social y demás beneficios económicos tanto para los voceros trabajadores como para la Comuna.
5. Normas referidas a la Formación y Capacitación permanentes.
6. Todo aquello que deba ser referido a instancias públicas, debe ser coherente con los criterios generales establecidos en las Leyes específicas.

En fin, que las normas que han de regular la actividad productiva deben nacer de las propias asambleas de voceros y seguir al pie de la letra lo establecido -como límites de competencia- en la Constitución Bolivariana y en las Leyes que rigen la economía popular.

Obviamente, no sólo la práctica forma la conciencia, también es menester estudiar con profundidad los documentos de la revolución y sus aportes ideológicos a la conformación de la ética socialista en el nuevo modo de producción.

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