Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.



La Unidad del Chavismo: Única Fuerza capaz de despejar la Niebla de la Guerra

Por: Jorge Delgado Una Guerra es una Guerra, y en nuestro caso Venezuela, no la declaramos nosotros, nos la declararon y esta en curso. Los métodos, las estrategias, las tácticas y los medios, no se diseñan, ni se ejecutan a partir de lo que yo o nosotros, como soldados, como oficiales, o como personas comunes inmersas en ella, querramos o deseemos. Ella impone su propia realidad. Los valores en toda guerra son los mas perversos. Los fenómenos de la Niebla Cuando se esta bajo los efectos de la niebla de la guerra, se exacerban las pasiones, los miedos, las debilidades se ponen a flor de piel, se cuestionan a los mandos, surgen los oportunistas, los calculadores, los sabios, tu aliado parece tu enemigo y tu enemigo parece a tu aliado. Las actuales doctrinas de guerra, a las cuales estamos sometidos en Venezuela y en el mundo, persiguen el caos, la confusión, el enmascaramiento de tus enemigos, el campo de la psiquis humana y el imaginario es el campo de batalla. La Política no es siempre es lo que se ve, sino lo que no se ve. Solo quien dirige la guerra, conoce y maneja la mayor cantidad de información y variables. Es a partir de aquí que se toman decisiones, se arman estrategias, planes, se orientan y cambian las tácticas. Nuestro espíritu revolucionario debe siempre sobreponerse a los egos e incomprensiones de querer dirigir una guerra donde humildemente y satisfactoriamente somos es soldados. En la Política, entendida a esta como la Guerra por otros medios, no todo lo que vemos y oímos es la verdad u obedece a lo que se dice. En el caso del ejercicio de la política por parte de quienes hoy asumen la Vanguardia Nacional, ha demostrado una gran eficiencia ante las pretensiones enemigas de acabar con la revolución Bolivariana, aun a pesar de tener que transitar por los mas difíciles caminos de la Patria, teniendo en muchas ocasiones, que reservar informaciones, que por razones obvias, no puede estar al alcance de muchos de nosotros, en aras de nuestra propia preservación y bienestar. Siempre habrá decisiones que no entendemos o que quizás no nos parezcan correctas, pero todo tiene un porque y una razón, no siempre estamos en la posibilidad de ver el bosque completo. La critica y la autocrítica nada tienen que ver con hacerle el juego al enemigo. Si algo me considero por esencia, es critico y autocrítico, irreverente y nada adulante. Bastante tenemos que cuestionar, controlar, reorientar, reinventar , desmontar y construir, pero ello no me da la patente para fracturar la unidad de las fuerzas Chavistas, ya sea de manera consciente o inconsciente. Mucho queda por transitar y todos y todas somos necesarios, mas no indispensables. En América Latina Continuamos de Pie Si Venezuela es el centro de la Amenaza en la Región para los EEUU, pero a pesar de ello, con la excepción de Cuba y Nicaragua, que tienen su propia historia y patrimonio de lucha, continuamos de pie y en batalla. La importancia de preservar a los lideres La importancia de los lideres para los procesos de cualquier naturaleza, no radica en el culto a estos, ni en su condición de infalibles. Los lideres permiten amalgamar las multitudes para afiliarlas a un proyecto y a una idea. En condiciones de guerra de cualquier tipo o signo, los ejércitos y los pueblos no solo se sienten orientados y comandados por sus lideres, sino que también, tienen el deber de preservarlos, cuidarlos, protegerlos, acompañarlos, inclusive hasta en posibles desaciertos tácticos u operacionales coyunturales, pues la tarea del líder, no es tan fácil de suplantar por capricho o voluntad de algunos u otros. Ellos se ha forjado batalla tras batalla, en victorias y derrotas, nos han demostrado sus capacidades, sus lealtades, su compromiso. Su futuro será el nuestro. Pretender cuestionar al líder, en medio de un feroz combate, es un acto irresponsable, pues pone en riesgo, las vidas, los objetivos y el proyecto. Pretender culpar a nuestros oficiales o a nuestros comandantes por las consecuencias que producen las bombas, los sabotajes y los cañones enemigos, además de una falta de consciencia es un error. Pero de seguro habrá quien pretenda hacerlo, seguro dirá que el comandante debió protegerlo y evitar las bajas, como si acaso no supiésemos el tamaño y la dimensión de la guerra que libramos, o como si acaso no entendiésemos que la guerra es la guerra y que no fuimos nosotros quienes la declaramos. En el caso de la Revolución Bolivariana, contamos con el liderazgo colectivo de hombres y mujeres forjados en las ultimas décadas, al fragor de las batallas. Este liderazgo lo encabeza el hermano Presidente y Camarada Nicolás Maduro Moros, y es con el y con nuestro alto mando político y militar que decidimos continuar por el Sendero de Chávez. El Chavismo como categoría de estos tiempos y los porvenir, da un salto en la historia a partir del acumulado de tantas luchas libradas en Venezuela, en el continente y en el mundo en favor de las mayorías, no solo para para garantizar reivindicaciones, sino para construir otra historia. Estoy seguro que en eso que llamamos Chavismo, mas allá del hombre de carne y huesos que fue nuestro amado Chávez,, sino en el constructo, en la síntesis producida en un tiempo y un espacio, es donde están las claves, los métodos, para ir desandando la densa Niebla de la guerra, Estoy seguro que no solo en la izquierda, aun cuando ella esta inmersa, no solo en el ecologismo o el feminismo, aun cuando ellos están contenidos, tampoco solo en los trabajadores, obreros, afro, campesinos y pescadores, aun cuando ellos también son parte. Es decir, el Chavismo es una especie de Totalidad que nos contiene e integra a todos y a todas, pero que va mas allá de lo que podemos ser cada una de las partes como gremio, grupos u asociaciones.

1 comentario:

  1. Saludamos este esclarecido comentario. pues en tiempos de locura total del capitalismo salvaje, hay que tener paciencia, conciencia, confianza y valor para hacer la tarea que nos corresponde, en el puesto que se nos designó y en quienes esforzadamente han asumido el mando.

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