Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.



La descentralización socialista no debilita el Estado nacional, lo fortalece

1. No hay protagonismo popular sin descentralización
El protagonismo popular se transforma en una mera consigna si la gente no tiene la posibilidad de pronunciarse y tomar decisiones en los espacios donde participa (espacios territoriales, centros de trabajo, centro de estudio, grupos de interés). Si el Estado central es el que lo decide todo, no hay cabida para las iniciativas locales y ese Estado termina por ser un freno, es decir —como dice Marx—, entorpece el “libre movimiento” de la sociedad...       Marta Harnecker

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