Con el que nos da la certeza inevitable de nuestra propia muerte. Los muertos nos autorizan a seguir viviendo, a reírnos, a enamorarnos, a construir una casa y a celebrar una fiesta a condición de que tarde o temprano también nosotros nos muramos. El dolor de mi vecino no paraliza mi vida porque mi vida misma me llevará al mismo punto; la catástrofe de Indonesia no paraliza a Inglaterra porque los ingleses mismos son mortales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario