Ya es hora de deshacernos de la obsesión por la velocidad y de partir a la reconquista del tiempo, y por lo tanto, de nuestras vidas. ¡El hundimiento se acerca peligrosamente, por lo que ha llegado el momento del decrecimiento! La sociedad de la sobriedad elegida que emergerá del mismo conllevará otro tipo de relaciones con el tiempo. Ya no seremos prisioneros de la concepción temporal, única y lineal que ha dominado occidente desde por lo menos el Renacimiento. Recuperar una relación sana con el tiempo consiste sencillamente en volver a aprender a vivir en el mundo. Conduce, por lo tanto, a liberarse de la adicción al trabajo para volver a disfrutar de la lentitud, redescubrir los saberes vitales relacionados con la Tierra, la proximidad y el prójimo. No se trata tanto de regresar a un pasado mítico perdido como de inventar una tradición renovada.
Una Revolución es ante todo, un cambio de las relaciones entre los humanos, y de estos con la Naturaleza.
Decrecimiento o barbarie
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